Volver a Mirar – La mirada de una fotógrafa sobre los Refugiados Syrios

Hay días que te levantas y quieres contar que el mundo es diferente. Hay días, que abandonas los territorios conocidos y te vas a dar una vuelta por los rincones más indomables del alma humana.

mai saki lleva su cámara lejos de la amabilidad cotidiana para ponernos de frente a la realidad del drama de los y las migrantes en la isla griega de Idomeni.. A la tragedia de esta Europa que vuelve a levantar fronteras.

¿Llueve en Idomeni?

Llueve desolación y vergüenza. Es muy triste ver a la gente huyendo de una guerra y siendo recibidos… con un rechazo. Están siendo expulsados. Bloqueados entre barro y esperanza. Y no entienden por qué.

Muchos de los migrantes que huyen de la guerra en Siria son clase media. Son profesionales. Familias de un poder adquisitivo que han dejado atrás nada, porque ya no tenían nada, para poder tener un futuro. Quieren continuar con sus vidas. Echan de menos sus trabajos, su rutina de vida, que era la misma que tenemos nosotros aquí.

Hasta que llegó la guerra y todo se destruyó. Cuando las casas se derrumban y las calles no son seguras, hay pocas opciones. La desesperanza es terrible para meter a tu familia en una balsa y cruzar un mar oscuro hacia un futuro incierto.

Pero eso es mejor que quedarse y seguir viendo como las bombas y la sinrazón del terror te borran la vida que tenías. Y a los tuyos. Tus vecinos y amigos. Todo y todos.

Tenemos un problema de memoria en Europa. Y tenemos acuerdos y tratados que no se cumplen.

Nos llueven muchas muertes y tenemos un gran paraguas de olvido.

Pero hablas de esperanza. ¿Cómo se enfoca?

En las miradas de las personas que están allí. Cada mirada es una historia triste que desea un final feliz. Y sobre todo en los niños y niñas. Muchos vagan solos. Llegan a las orillas de Europa solos. Han perdido todo lo que conocían por el camino. Y no tienen recursos ni capacidades para recuperarlo.

Hay niños y niñas que nacieron en guerra y no conocen más que la destrucción y las bombas. Los más mayores te dicen que quieren volver al colegio. A casa. A un techo seguro. Quieren y necesitan una cotidianidad.

Hay muchos que han desaparecido al llegar a la frontera. Es un caos y se pierden de sus padres. O llegan huérfanos en el cruce del mediterráneo. Llegan a una orilla desconocida.

Tenemos que recuperar esa generación. Ya han perdido demasiado y no podemos dejarlos caer en el olvido. La infancia es un territorio que no

debería cuestionarse. Y debamos protegerlo. De la guerra, de las mafias, del tráfico de personas….

Ves a los niños y niñas rompiendo su infancia. Yendo a por leña para calentarse, a no llorar después de horas de caminos sin final. No saben de nuestras locuras y no las entienden. Necesitan todo.

Volver a llenar la vida de color.

¡De colores! Hay mucha respuesta de sociedad civil y de instituciones. Y de gente como vosotros. Cuando me llamasteis para pedirme fotografías y me contasteis el proyecto me pareció estupendo. EduApp4Syria. Es genial que la tecnología se pueda aplicar para hacer cosas maravillosas. Un programa de alfabetización para niños y niñas me parece una idea increíble.

Porque todos tienen teléfonos móviles. Es su única posesión. Y les encanta jugar. A todos los niños y niñas les encanta jugar. Ya sea con un palo o con la única pelota en muchos kilómetros.

Hablar de que la tecnología se pueda aplicar para alfabetizar. Videojuegos Sin Fronteras sonaba a algo impensable hasta que me contasteis el proyecto y me hizo muy feliz poder colaborar con las fotografías. Además, encuentran wi fi en los sitios, se organizan para cargar los teléfonos…

Ya es tiempo de poder usar las tecnologías para algo maravilloso. Y un videojuego que sea capaz de sacarte de la realidad y volverte a meter en aprender y jugar. Por eso, hay que aprender a construir otra sociedad. Una civilización que nos enseñe a compartir y no a destruirnos.

Esa sería la foto que me gustaría hacer.